Biografía del Gral. Juan E. Guglialmelli
Juan Enrique Guglialmelli nació el 22 de diciembre de 1917 en la localidad de San Martín, provincia de Buenos Aires. Provenía de una familia con fuerte vocación militar: su padre, Carlos María Guglialmelli, había alcanzado el grado de capitán en el Ejército Argentino, y uno de sus tíos, el de teniente coronel. Egresó del Colegio Militar de la Nación en diciembre de 1938 como subteniente de Comunicaciones.
A fines de diciembre de 1947 fue ascendido al rango de capitán y, en enero de 1948, destinado a la Escuela de Ingenieros en Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos.
En marzo de 1949 ingresó a la Escuela Superior de Guerra (ESG) con el objetivo de obtener el título de oficial de Estado Mayor. En 1951, mientras cursaba el segundo año, se produjo la sublevación encabezada por el general Benjamín Menéndez contra el gobierno de Juan Domingo Perón. Llamado a declarar, Guglialmelli fue sancionado con 45 días de arresto, tras lo cual se dispuso su pase a disponibilidad. Finalmente, el 1 de abril de 1952, fue declarado en situación de retiro obligatorio.
Tras el golpe de Estado de 1955 —autodenominado “Revolución Libertadora”— fue reincorporado automáticamente al servicio activo y ascendido al grado de mayor, con destino en la secretaría del general Arturo Ossorio Arana, entonces ministro del Ejército. Disconforme con la orientación del nuevo gobierno, comenzó a enviar información a la redacción de la revista Qué sucedió en 7 días —vocera del desarrollismo y dirigida por Rogelio Frigerio— con el propósito de exponer las pujas internas en el alto mando de las Fuerzas Armadas.
Al advertir esta situación, el general Pedro Eugenio Aramburu lo destinó a la jefatura de la IV División del Ministerio del Ejército, en una maniobra orientada a marginarlo de los centros de poder.
En abril de 1956, Guglialmelli fue promovido a teniente coronel de Comunicaciones y, en octubre del mismo año, a coronel. En ese contexto, y tras establecer vínculos con dirigentes del desarrollismo, decidió respaldar a Arturo Frondizi, referente de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) y vencedor en las elecciones presidenciales de 1958.
El 16 de octubre de 1959 fue designado secretario de Enlace y Coordinación de la Presidencia de la Nación. Pocos días después, sin embargo, fue nombrado Asesor Delegado Militar Argentino ante la Junta Interamericana de Defensa, cargo que desempeñó hasta fines de 1961. En febrero de 1962 fue designado jefe del Estado Mayor del Comando del IV Cuerpo de Ejército y, en octubre de ese mismo año, asumió la Comandancia de la División de Infantería de Montaña con asiento en la provincia de Neuquén.
El 15 de enero de 1965 fue ascendido a general de brigada, y en junio asumió la Dirección de la Escuela Superior de Guerra y del Centro de Altos Estudios. El 10 de octubre de 1967 fue promovido a General de División y, finalmente, se lo declara en situación de retiro el 7 de noviembre de 1968.


Tras dejar el servicio activo, Guglialmelli se abocó plenamente a un proyecto que venía gestando desde tiempo atrás: la creación de un centro de estudios estratégicos con una publicación especializada como órgano de difusión. Así, en mayo de 1969, se publicó el primer número de la revista Estrategia. Pionera en el campo de la geopolítica en Argentina, esta publicación bimestral se constituyó en vocera del Instituto Argentino de Estudios Estratégicos y de las Relaciones Internacionales (INSAR), convirtiéndose en una referencia ineludible gracias al aporte de diversos intelectuales y expertos que prestigiaron a la revista con su producción.
El primer número de Estrategia, correspondiente al bimestre mayo-junio de 1969, abre con un documento titulado “Propósitos y definiciones”, del cual se extraen las siguientes formulaciones:
"La creación del Instituto Argentino de Estudios Estratégicos y de las Relaciones Internacionales (INSAR), así como la publicación de su principal órgano de difusión, "ESTRATEGIA", responden a un propósito y a un programa. El propósito consiste en formular puntos de vista y soluciones concretas en un sector relevante de la temática nacional. El programa, aportar un sistema de ideas al servicio de la toma de conciencia por parte de la Argentina de las responsabilidades que le corresponden en el mundo de nuestro tiempo, en particular, en el área de su interés directo, el Cono Sur y el resto del Hemisferio Occidental.
Nuestra tarea se inicia en un momento muy especial de la vida internacional y del desenvolvimiento de las ideas en torno a la seguridad nacional y a la estrategia militar.
En el orden internacional aparecen tendencias históricas significativas:
La bipolaridad en el sistema mundial del poder, que persiste, no obstante una acentuación manifiesta hacia el policentrismo.
La coexistencia pacífica entre naciones y sistemas que, a pesar de la continuidad de algunos conflictos y la posible aparición de otros nuevos, tiende cada vez más a desplazar la lucha por la supremacía al campo de lo económico, científico, técnico e ideológico.
La revolución científica y tecnológica que abre nuevas posibilidades a la estrategia y política nacionales.
Por último, y como corolario de las tendencias apuntadas, la revitalización del concepto y de la realidad de la nación soberana, cuya consolidación política e integración social, económica y geográfica, se presenta como una exigencia primaria frente a los procesos de integración regionales que operan ya en el plano histórico, pues la nación no podrá desenvolverse de manera óptima en dichos procesos sin sus bases materiales y culturales y sin una idea espiritual que constituye el elemento dinámico de su ser nacional.
[...] Nuestra tarea, en fin, estará orientada por las normas más estrictas de la libertad académica. No renunciará, empero, a una ideología propia que responde a las necesidades de cambio de nuestro tiempo y que exige como datos esenciales de la estrategia nacional:
Objetivos nacionales y políticos claros y definidos.
Política exterior independiente capaz de obtener la libertad de acción necesaria para el logro de esos objetivos.
Colaboración de los distintos sectores de nuestra sociedad y su participación efectiva en el QUE y COMO hacer concretos.
Cabal conocimiento de los intereses externos e internos en conflicto con los propios fines perseguidos, sus modos de operar y sus agentes.
Un programa de desarrollo económico, social y cultural ejecutado con ritmo acelerado y definido y definidas prioridades, en áreas geográficas rezagadas, sectores básicos de la producción industrial e infraestructura de servicios, en el diálogo social y en una política educacional y de investigación científica y tecnológica al servicio del desarrollo nacional.


El 30 de junio de 1970, tras ser invitado a participar en una "Conferencia sobre Asuntos Económicos", Guglialmelli fue designado secretario del Consejo Nacional de Desarrollo (CONADE). Desde ese cargo expresó su desacuerdo con la política económica de la autodenominada “Revolución Argentina”, hegemonizada por sectores liberales del establishment, entre ellos el ministro Carlos Moyano Llerena, dirigente vinculado a intereses de capital extranjero, además de discípulo y continuador de la política de Krieger Vasena. En contraste, propuso una serie de medidas muy concretas: aumentos salariales y previsionales; nacionalización de los depósitos en moneda nacional en bancos extranjeros; reducción de tasas de interés y de la presión fiscal; ampliación del crédito a los sectores productivos; una política arancelaria que protegiera la industria nacional; y un plan de desarrollo acelerado, con prioridad en las industrias de base, la infraestructura logística y el desarrollo regional del interior del país.
Finalmente, el 3 de noviembre de 1970, tras casi 120 días en funciones, presentó su renuncia. En el texto de dimisión puede leerse:
“[...] Con motivo del relevo del equipo económico se han creado en el país, una vez más, expectativas positivas. Las declaraciones programáticas del actual Ministro de Economía y Trabajo constituyen, a mi juicio, un nuevo y más sofisticado freno al proceso de la Revolución que se nutre en la realidad del país y de la voluntad del pueblo”.
“[...] La política económica expuesta por el nuevo Ministro, al margen de los propósitos de sus ejecutores directos, lleva, de no cambiar radicalmente, al enfrentamiento de los sectores sociales en el momento en que se toma más urgente que nunca la unidad del pueblo argentino. La contradicción permanente entre las dos políticas, la de las medidas promovidas por los monopolios, y la de los proyectos elaborados por la Revolución, sólo puede servir para confundir a quienes deben decidir sobre la marcha del proceso: los sectores nacionales. Llegué al cargo del cual hoy me voy desde el campo de la Revolución Nacional, y vuelvo a él plenamente identificado con sus protagonistas principales: las Fuerzas Armadas, los trabajadores, la Iglesia y los empresarios e intelectuales nacionales”.
En abril de 1971, el presidente de facto Alejandro Agustín Lanusse levantó la prohibición que pesaba sobre la actividad de los partidos políticos y convocó al denominado "Gran Acuerdo Nacional" (GAN). Pocos días después, Guglialmelli ofreció una extensa entrevista al diario Clarín, en la que trazó un diagnóstico sombrío sobre la situación del país, reiteró las críticas que motivaron su renuncia al CONADE y, entre otras declaraciones, advirtió:
“La presión económica, la coerción represiva, los frentes de distracción, las falsas esperanzas, la confusión y el engaño. Y ahora, al amparo de la fatiga, el desgaste y la frustración de todos, incluso los sectores militares, se pretende orquestar este operativo ‘de salida’, mejor dicho de retorno al pasado, que revive las horas del acuerdo que abrió el camino a la ‘década infame’.”
Estas declaraciones le valieron 60 días de arresto en la localidad de Diamante, provincia de Entre Ríos.


Dotado de una lucidez excepcional y una sólida formación, el pensamiento geopolítico y estratégico de Juan E. Guglialmelli presenta múltiples aspectos de notable vigencia. Su caracterización de la Argentina como país peninsular —en polémica con Segundo Storni— se ve enriquecida al considerar también su condición continental, bioceánica y patagónico-antártica.
En abierta discusión con el canon librecambista predominante en las élites dirigentes, Guglialmelli defendió ideas proteccionistas orientadas al desarrollo de industrias de base, con el objetivo de alcanzar progreso, seguridad y un mercado interno sólido y competitivo que superara el modelo agroexportador y la insularidad geopolítica.
Concibió la integración geoeconómica del espacio nacional —con altos niveles de industrialización y acumulación de capital— como una tarea impostergable, especialmente en lo que refiere a la integración plena de la Patagonia al territorio nacional.
Asimismo, su noción de frontera merece especial atención: En sus palabras, la frontera en tanto borde colindante es insuficiente para explicar la verdadera influencia del vínculo con lo exterior, planteando en su lugar, la existencia de una “frontera interior”, conformada por la cultura y sus dimensiones espirituales y materiales, donde también se juega la relación con lo exterior.
Hombre de firmes convicciones, pensamiento lúcido y palabra clara; admirador del legado de Savio, Mosconi y Baldrich, y profundamente comprometido con la causa del desarrollo y la defensa nacional, Juan Enrique Guglialmelli falleció en la ciudad de Buenos Aires el 9 de junio de 1983, a los 65 años, víctima de un infarto. Su pensamiento, obra y trayectoria continúan siendo motivo de estudio y reflexión, interpelando lo que queda del pensamiento estratégico argentino.
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